Micro Ganadero: EMPASTE O METEORISMO ESPUMOSO

La tendencia hacia la intensificación en el uso del pasto, ha producido un incremento del riesgo de ocurrencia de meteorismo espumoso (empaste) en los sistemas pastoriles de invernada, que utilizan a la alfalfa como base de sus mezclas forrajeras. Las estadísticas de varios países indican que la tasa de mortalidad por meteorismo espumoso es del 1% al 2% de la población total del ganado vacuno. Aunque, en condiciones propicias para la ocurrencia de la enfermedad, la mortalidad en un rodeo puede llegar al 50% de los animales que pastorean una pastura peligrosa. La Ingeniera Agronoma Josefina Marinissen desarrolló  un completo informe al respecto en el Micro Ganadero de cada viernes por la Zfm.

El meteorismo espumoso es una alteración digestiva caracterizada por la distensión del retículo-rumen como consecuencia de la acumulación de gas proveniente de la fermentación microbiana del alimento, que es atrapado en pequeñas burbujas de gran estabilidad. Esto impide la normal eliminación del gas mediante la eructación y ocasiona alteraciones circulatorias y respiratorias que pueden producir la muerte del animal.

El empaste ocurre principalmente cuando los animales pastorean leguminosas como, desde las más riesgosa; alfalfa (Medicago sativa), trébol blanco (Trifolium repens), o trébol rojo (Trifolium pratense) puras o consociadas con otras especies.

El meteorismo ocurre típicamente durante las primeras horas de comenzado el pastoreo ya que según la “teoría de la velocidad de digestión inicial”, las leguminosas meteorizantes presentan mayor fragilidad en su pared celular que los forrajes no meteorizantes. Eso hace que ante el proceso de masticación, y el posterior ataque microbiano del material vegetal cuando ingresa al rumen, se produzca una rápida liberación ruminal de hidratos de carbonos y proteínas altamente solubles, que se acumulan en cantidades que resultan críticas para la formación de espuma.

MEDIDAS DE MANEJO PREVENTIVO DEL EMPASTE

  1. Manejo del pastoreo: ingresar a la pastura en el momento en que la digestibilidad de la totalidad de la planta sea elevada (prefloración – botón floral). Este momento garantiza que el rebrote basal, altamente digestible es decir con proteínas y carbohidratos muy solubles, este aun muy pequeño y los bovinos no tengan acceso al mismo. Al estar toda la planta digestible no hay seleccionan hojas, sino que consumen asimismo tallos, porción de la planta con mayor concentración de fibra.
  2. Marchitamiento por corte: los cortes se realizan en cada franja diaria con corta hileradora – “deshidratadora”, a 5-7cm del suelo, en estados del cultivo que varían entre botón floral y 10% de floración. La duración del oreado es de 36-48 horas en otoño e invierno y de 12-24 horas en verano y primavera, o bien para mayor seguridad, cuando el forraje alcance un contenido de agua inferior al 50%, que desde el punto de vista práctico equivale al punto en el que luego de apretar un manojo de alfalfa con el puño, ésta se expande lentamente y no queda humedad en la mano. Cuanto más rápido sea el proceso, más fácil resulta mantener la calidad original de la alfalfa, ya que las pérdidas por respiración o, eventualmente, por lavado son menores. Por esta razón, es que la superficie a cortar debe ser calculada para no más de dos días de utilización.
  3. Productos tensioactivos sintéticos: los productos más conocidos son los Plurónicos (Ej. poloxaleno) y los alcoholes etoxilados (Ej. Terics). Las formas de administración más confiables y seguras son aquellas en la cual la dosis preventiva alcanza el rumen en todos los animales antes de que se presenten las condiciones que generan el empaste. Tal es el caso de la toma individual, el rociado sobre las pasturas y/o el mezclado en la ración (figura 4).
  4. Antibioticos Ionóforos: experiencias nacionales han demostrado que mediante el uso de monensina se ha logrado disminuir la incidencia de meteorismo en un 50 – 80%. Sin embargo, en condiciones de alto riesgo no se evitaría la aparición de casos agudos. Se recomienda el uso a una dosis máxima de 300mg por animal y por día. Se presenta en polvo para suministrar en la ración o en cápsulas/bolos de liberación lenta que se colocan en el rumen. En el caso del polvo, hay que controlar que el mezclado sea homogéneo para evitar intoxicaciones por sobredosificación y lograr un consumo parejo del producto, que asegure la eficacia de la técnica.
  5. Uso de especies forrajeras no meteorizantes: lotus y vicia, poco utilizadas ya que en general no se adecuan a los requerimientos de producción de materia seca que presentan la mayoría de los sistemas de invernada.
  6. Momento de ingreso a la nueva parcela: El pastoreo temprano en la mañana aumenta el riesgo de meteorismo con respecto al pastoreo tarde en la mañana (entre las 11 y las 12). Esto indica que es aconsejable el cambio de parcela después del mediodía cuando el rocío o las heladas han desaparecido. El ayuno previo al pastoreo, por ejemplo cuando se retiran los animales de la pastura durante la noche, provoca niveles de consumo más altos al reingresar los animales y por consiguiente, mayor peligro de empaste.
  7. Suplementación con concentrados energéticos y/o fibra: La alimentación previa contribuye a determinar las características del ambiente ruminal, haciendo que el mismo esté más o menos “predispuesto”. Esta es una razón por la cual se recomienda la sustitución del forraje “meteorizante” base como medida para el control del empaste. En efecto, la suplementación con fibra de alta calidad como el silaje de maíz y concentrados como los granos, contribuye a disminuir el riesgo. Esto último en las proporciones adecuadas ya que de lo contrario podríamos además generar un cuadro de acidosis. En el caso de ofrecer silaje de maíz, con un 0,5-1% del PV en MS/animal/día, previo al pastoreo de alfalfa, ha funcionado como una medida de manejo para controlar el empaste.

DIAGNOSTICO CLÍNICO. Como se ve al animal empastado?

  • El animal deja súbitamente de pastorear.
  • Se ve inquieto, se acuesta y se levanta.
  • Orina y defeca con frecuencia.

La observación del animal es importante para detectar el empaste y poder actuar a tiempo. Existe una escala que va del 0 al 5, que permite definir el grado de empaste y así poder saber qué medida tomar, sacar de la pastura, movilizar al animal, punzarlo o chuzearlo para eliminar el gas existente en el rumen (figura 1 – 2 – 3). Figura 1. Escala para medir el grado de timpanismo. Escala de 5 grados (adap. de H. Lippke, J.L. Reaves y N. L. Jacobson, 1972)

En una escala de 0 a 5 que abarca desde el estado normal hasta la muerte, los animales con un grado de meteorización leve (2) deben ser vigilados. Si la meteorización avanza a un grado moderado (3), deben ser retirados de la pastura en forma lenta y aguardar a que se deshinchen, lo que generalmente ocurre dos o tres horas después. Además, la recomendación de suministrar un tensioactivo por vía oral o intrarruminal. Con respecto a los animales que presenten una meteorización grave (4) con síntomas de asfixia, se debe realizar una incisión con un cuchillo preparado especialmente (hoja de 10- 15 cm, con punta aguda y 4 cm de ancho en la base de la hoja), en el centro de la fosa paralumbar izquierda, o “hueco del vacío”, para provocar la salida del gas libre (punzar o chuzar). Si el volumen de espuma es muy grande, esta medida puede resultar insuficiente, en cuyo caso debe agrandarse la incisión hasta el tamaño de un puño para extraer contenido ruminal hasta aliviar la presión. Luego de esta maniobra, se requiere sutura y medicación para evitar infecciones posteriores. Este procedimiento debe ser realizado en todos los casos, teniendo en cuenta que un alto porcentaje de los animales punzados muere por esta causa.

Figura 2. Novillos y vaquillonas en alfalfa en el mes de octubre con grado 3 de empaste (escala de 5 grados).

Figura 3. Zona del flanco izquierdo donde se debe “chuzear”

Figura 4. Forma de suministro de tensioactivos y antiespumantes de +1 a – 5 seguridad

INFLUENCIA DE LA CONDICIÓN CLIMATICA

La tasa de crecimiento del pasto está asociada con el clima. Es así que los períodos de temperaturas moderadas, alta radiación solar y humedad, son de mayor riesgo.

También son de alto riesgo las etapas con sequía, sobre todo en pasturas mixtas con alfalfa, debido a la mayor capacidad de crecimiento de ésta con respecto a las gramíneas. Las heladas o el rocío aumentan la fragilidad celular de las hojas y facilitan la masticación y, por consiguiente, la rápida disponibilidad de los componentes solubles del pasto en el rumen, lo que incremento el riesgo de empaste.

Se debe evitar el pastoreo con lluvia, rocío o heladas, con el objetivo de restringir el ingreso excesivo de agua en el rumen, que predispone a la formación de grandes volúmenes de espuma. Además, el pasto se toma más frágil y se mastica más fácilmente, disminuyendo el estímulo para la salivación (la saliva actúa como antiespumante en el rumen).

VIGILANCIA DE LAS TROPAS. Algunos detalles más del manejo del pastoreo.

Para tener éxito en la prevención del empaste, sobre todo en el manejo de tropas grandes, es necesario que el personal de ganadería tenga un alto nivel de dedicación y también experiencia, que es fundamental tanto al prevenir como al actuar sobre los animales afectados. Este personal debe tomar decisiones precisas en cuanto al manejo del pastoreo y los animales, por ejemplo:

  • determinar el tiempo de permanencia en cada franja en función del forraje remanente para evitar grandes variaciones en el consumo.
  • detectar precozmente el problema observando a los animales y decidir cuándo y cómo moverlos.
  • identificar a los animales susceptibles.

Trabajar con cargas moderadas, es decir, con un nivel de asignación diaria aproximado del 3 % del peso vivo (que para un animal de 300 kg es equivalente a 9 kg de materia seca de pasto por día). En términos de eficiencia de cosecha esto representa un techo del 55-60 %, que sería la máxima utilización de este tipo de pasturas que permite mantener un alto nivel de calidad de la dieta.

Al mismo tiempo, y en cuanto al manejo del pastoreo, se puede implementar un esquema de bajo riesgo realizando los cambios de franja durante el día, preferentemente después del mediodía, para hacer el “despunte” bajo vigilancia y al atardecer volver los animales hacia la franja anterior para pasar la noche en un lugar seguro, con disponibilidad suficiente como para mantener el nivel de consumo sin restricciones. Este sistema permite tener un nivel de llenado ruminal más parejo en el tiempo y que los animales pasen a la próxima franja sin excesivo apetito.

FINALMENTE…. La importancia de la alfalfa como recurso forrajero de alta calidad en los sistemas intensivos de producción de carne obliga al productor a convivir con el empaste. Si se tienen en cuenta los factores que modifican el riesgo y se conocen los criterios que aseguran la eficacia de una determinada técnica de prevención, se puede lograr un razonable nivel de control del problema.

EL EMPASTE, COMO CASI TODO EN GANADERÍA, DEPENDE DEL MANEJO Y LA SUPERVISACIÓN.

Bibliografia consultada

  • Meteorismo espumoso bovino. ¿Cómo controlar el empaste? Gustavo Bretschneider, Veterinario, M.Sc., Ph.D. EEA Rafaela-INTA.
  • Control del empaste en invernada. Med. Vet. M.Sci. Patricio Davies, Vet. Alicia Dillon e Ing. Agr. M.Sci. Daniel G. Méndez. 2002. INTA, EEA Gral. Villegas, Área Investigación. Publicación Técnica 34:1-14. www.produccion-animal.com.ar
  • Meterismo espumoso. Silvia Olivera, Magdalena Rodriguez. http://prodanimal.fagro.edu.uy/cursos/PASTURAS%20CRS/Seminarios%202009/Meteorismo.pdf