Hoy comienza el invierno
Este miércoles 21, cuando el Sol se sitúe sobre el trópico de Cáncer y alcance su máxima posición boreal, comenzará el invierno en el hemisferio sur y el verano en el norte, dando lugar así , en lo astronómico, al día más corto y al más largo del año, respectivamente; y en lo místico, al festejo del Día del Sol Quieto.
Ese instante, llamado solsticio, sucederá a las 14:17 hora local, mientras que el próximo tendrá lugar el 22 de diciembre, a las 02:31, cuando el Sol se ubique sobre el trópico de Capricornio y comience el verano en el hemisferio sur y el invierno en el norte.
“Solsticio” significa literalmente “Sol quieto” y marca el momento en que el astro cambia la dirección de su camino aparente en torno a la Tierra.
Lo de “Sol quieto” alude a que cerca del 21 de junio y del 22 de diciembre el astro parece “frenarse” unos días, antes de tomar impulso para “recorrer el camino inverso”.
Hasta el 22 de diciembre, el Sol “se corre” cada vez más hacia el sur, llevando el verano a nuestro hemisferio; pero a partir del 21 de junio lo hace cada vez más al norte, determinando en el sur el comienzo del invierno.
El movimiento solar, en realidad, es aparente: la que “se corre” es la Tierra, que realiza su traslación en torno al astro rey, inclinada unos 23 grados sobre su eje. Pero al ojo terrestre, parece que fuese el Sol el que se mueve.
Si desde la óptica astronómica ambos solsticios involucran un cambio de dirección, desde lo místico simbolizan un cambio hacia lo desconocido, un nuevo comienzo.
Por eso, festejar el Día del Sol Quieto encendiendo fogones involucra aceptar los cambios y apostar a la renovación del círculo de la vida.
Los antiguos sabían que no era el invierno lo que cobijaba la muerte, sino el verano, porque mientras éste es un ir desde la luz más intensa (el día más largo) a la oscuridad más creciente (el día más corto), el invierno supone comenzar a escapar de lo oscuro rumbo a lo luminoso.
De ahí que la Fiesta del Sol Quieto de invierno se festejara antiguamente con más júbilo que el del verano: el día más oscuro les anunciaba la resurrección de la luz, mientras que el día más luminoso les prevenía de su efímera existencia.
En Europa, desde tiempos prerromanos se realizaron diversas celebraciones rituales encendiendo hogueras para celebrar los solsticios.
Reminiscencias de aquello son las famosas hogueras de San Juan, que tienen lugar hoy en España para festejar el de junio, que allí marca el comienzo del verano.
En América del Sur, los pueblos originarios andinos celebran el 21 de junio su año nuevo o Inti Raymi (en quechua, Fiesta del Sol), antigua ceremonia religiosa de los incas.
Durante el imperio, el Inti Raymi era el más importante de los cuatro festivales celebrados en el Cusco: duraba 15 días, en los cuales había bailes y sacrificios.
Ayer, en el callejón interandino septentrional del Ecuador, el Inti Raymi y otras festividades relacionadas abarcan todo junio y parte de julio: cada ciudad lo celebra con ritos y costumbres propios, generalmente en las calles, lo que por más de un mes altera la vida cotidiana noche y día.
El solsticio de junio produce en el hemisferio boreal el día más largo y la noche más corta del año y en el hemisferio austral, el día más corto y la noche más larga. En diciembre es exactamente al revés.
Del surgimiento del otoño y la primavera se encargan los equinoccios: tanto el 21 de marzo (otoño en el sur, primavera en el norte) como el 22 o 23 de septiembre (primavera en el sur, otoño en el norte), el Sol se halla sobre el Ecuador y esto produce que los días y las noches duren lo mismo en toda la Tierra.
Las estaciones tienen lugar porque el eje del planeta está inclinado 23º 27′ con respecto al plano de su órbita; de otra forma, no existirían.
Pero, igualmente, no son parejas en todo el mundo: en las áreas más templadas de ambos hemisferios hay cuatro estaciones por año (primavera, verano, otoño e invierno); en los polos sólo se suceden dos (invierno y verano); y en los países ecuatoriales y tropicales se distingue la de las lluvias y la de las sequías.