SUH Síndrome Urémico Hemolítico: síntomas y prevención
Luego que un chico de Hilario Ascasubi contrajera el Síndrome Urémico Hemolítico se encendieron las alarmas en los padres del distrito. Por tal motivo dialogamos con la Medica Pediatra Silvana Haag, quien brindó las recomendaciones para evitar contraerla y cuáles son los síntomas para poder detectarlo. “La enfermedad se presenta como una gastroenterocolitis, con vómitos, diarrea, decaimiento; pero como característica esta diarrea presenta estrías con sangre. Este síndrome se da comúnmente en verano (por año en el país se dan entre 400 y 500 casos), y las formas del contagio puede venir por diferentes vías: desde la pérdida de cadena de frio de productos, mala lavado de verduras, a través del contacto”, escucha las nota completa.
Ministerio de Salud de la Nación
Qué es el SUH
La Escherichia coli es una gran familia de bacterias, de las cuales la mayoría son inofensivas; algunos tipos de ellas pueden causar enfermedades, como la escherichia coli productora de toxina Shiga. Ésta puede causar una diarrea sanguinolenta que, usualmente, se cura sola, pero que puede complicarse y desarrollar insuficiencia renal aguda en niños (Síndrome Urémico Hemolítico o SUH) y trastornos de coagulación en adultos (Púrpura Trombocitopénica Trombótica o PTT).
La complicación de la enfermedad afecta particularmente a niños, ancianos y aquellos que, por padecer otras enfermedades, tienen su sistema inmunológico deprimido. En algunos casos, puede provocar la muerte.
El SUH puede presentarse a través de síntomas como diarrea, dolores abdominales, vómitos y otros más severos como diarrea sanguinolenta y deficiencias renales. El período de incubación de la enfermedad es de 3 a 9 días.
Los alimentos que pueden estar contaminados con la bacteria son carne picada de vaca y aves sin cocción completa como las hamburguesas, salame, arrollados de carne, leche sin pasteurizar, productos lácteos elaborados a partir de leche sin pasteurizar, aguas contaminadas, lechuga, repollo y otros vegetales que se consumen crudos.
Contaminación de los alimentos
La E. Coli productor de toxina Shiga se encuentra frecuentemente en el intestino de animales bovinos sanos y otros animales de granja, y llega a la superficie de las carnes por contaminación con materia fecal durante el proceso de faena o su posterior manipulación. Las carnes picadas son uno de los productos de mayor riesgo, ya que durante el picado, la bacteria pasa de la superficie de la carne al interior del producto, donde es más difícil que alcance la temperatura necesaria para eliminarse durante la cocción.
Pero la bacteria no solamente puede encontrarse en las carnes sino también en el agua, la leche sin pasteurizar y las verduras, que pueden contaminarse por contacto con las heces de estos animales (por ejemplo: las verduras por riego con aguas servidas, la leche durante el ordeñe, etc.).
Más consejos
Para la manipulación de los alimentos
Al realizar las compras, comience por los productos envasados y deje para el final los perecederos como carnes, aves, pescados o productos lácteos.
Si compra carne picada, prefiera la que fue procesada en el momento y consúmala inmediatamente. Recuerde que este producto se alterará más rápidamente que una pieza de carne entera.
Controle las fechas de vencimiento de todos los productos. No compre alimentos sin fecha, marca o números de registro, ni aquellos cuyo envase se encuentre en malas condiciones –latas o tetrapack abollados o hinchados, o bolsas plásticas rotas–.
No compre alimentos preparados que se exhiban a temperatura ambiente.
No permita que le expendan el pan sin guantes o luego de haber manipulado dinero.
No compre huevos que tengan su cáscara rota o sucia.
Los productos como las carnes, aves y pescados deben guardarse en bolsas, separados de otros alimentos, para evitar que los jugos de los mismos puedan contaminarlos.
Si solicita el envío de mercadería a domicilio, asegúrese de que los productos perecederos permanezcan el menor tiempo posible a temperatura ambiente.
No guarde los productos de limpieza en las mismas bolsas que los alimentos.
Si durante la compra desiste de llevar algún producto perecedero que ya había seleccionado, devuélvalo al correspondiente refrigerador, para evitar que se corte la cadena de frío.
En el hogar
Al guardar la mercadería, coloque adelante los productos que venzan primero, a fin de consumirlos antes de que eso ocurra.
No mezcle alimentos crudos y cocidos. Guarde en heladera y tapados aquellos alimentos que no van a ser sometidos al calor antes de ser ingeridos. De esta forma, prevendrá posibles contaminaciones con otros productos.
Lave las verduras y las frutas antes de ubicarlas en la heladera. Proceda de la misma forma con los envases de bebida.
Al abrir una lata de conserva, transfiera todo el contenido a un envase de vidrio o de plástico. Nunca conserve el excedente en el envase original (lata).
Conserve los huevos en la heladera y en su envase original, separados de otros alimentos listos para ser consumidos.
Higienice y descongele su heladera y/o freezer periódicamente.
Durante la preparación
No vuelva a congelar un alimento que ya fue descongelado, pues ello favorece la contaminación con microorganismos y su posterior proliferación. Descongele el producto en la heladera y no a temperatura ambiente, ni lo aproxime a una fuente de calor o bajo el chorro de la canilla. Asegúrese de que, antes de cocinar el alimento, se haya completado su descongelación, sobre todo cuando se trata de piezas grandes.
Los preparados que contengan huevo crudo y las mezclas para preparar panqueques no deberán conservarse más de 24 horas.
No cocine verduras sin haberlas lavado previamente: la cocción puede destruir la contaminación microbiana presente pero no los contaminantes químicos (pesticidas, fertilizantes).
Si no posee agua de red controlada, hiérvala antes de usarla, pero no en forma prolongada. El calentamiento eliminará, por un lado, los microorganismos presentes, pero también concentrará algunas sales que podrían resultar dañinas para la salud.
Evite la contaminación cruzada, utilizando distintos utensilios para manipular los alimentos crudos y los cocidos.
Durante el almacenamiento
No utilice envases de alimentos o bebidas para guardar detergentes, limpiadores, insecticidas o solventes. Tampoco guarde alimentos en envases que hayan contenido otros productos.
No almacene alimentos junto a productos de limpieza.
No guarde los alimentos en bolsas de residuos.
No emplee cualquier envase cerámico para guardar alimentos, pues aquél podría contener cantidades excesivas de plomo.
Si no posee agua de red controlada, hiérvala antes de usarla, pero no en forma prolongada. El calentamiento eliminará, por un lado, los microorganismos presentes, pero también concentrará algunas sales que podrían resultar dañinas para la salud.