Villarino: El Emotivo Desafío de Un vecino de Algarrobo
La Palabra hecha promesa por parte de un padre a su hijo , cumpliendo con un desafío de 5 días de caminata hasta el lugar de nacimiento de Ceferino Namuncurá
Una historia de fe, esfuerzo y palabra cumplida. Así puede resumirse el desafío que llevó adelante Darío Roth, vecino de Algarrobo, quien decidió caminar desde su localidad hasta la Iglesia de Ceferino Namuncurá, en Chimpay, para cumplir una promesa que había hecho años atrás, cuando su hijo a quien cariñosamente llama Gaspi— aún estaba por comenzar sus estudios en el Instituto de Educación Física de Bahía Blanca.
🗓 Todo comenzó en enero de 2018, durante unas vacaciones familiares. Mientras viajaban por la ruta, su esposa comentó casualmente:
> Silvina ,Esposa de Darío comentó“Si cruzamos por la iglesia de Chimpay…”
Darío le respondió que estaban lejos, a más de 200 kilómetros, pero aquella charla quedó marcada. En ese momento, Silvina, su esposa, dijo casi sin pensarlo:
> “Si Gaspi se recibe, vamos a traer una placa a Ceferino.”
El tiempo pasó, Gaspi se recibió, y la idea volvió a resonar con fuerza. “Pensé que sería fácil llevarlo en auto o en moto, pero después dije: ¿por qué no hacerlo caminando, como un desafío personal?”, comentó el Algarrobense.
🏃♂️ Así, con entrenamiento previo en bicicleta, running etc, y acostumbrado a recorrer entre 40 y 50 kilómetros semanales—, decidió intentarlo. No obstante, esta sería su primera caminata de larga distancia. “No sabía cuánto iba a aguantar caminando, pero fui al fallo, como decimos en educación física: hasta que el cuerpo diga basta”.
Durante 5 días, caminó acompañado por su esposa que manejaba el vehículo, y lo asistía en auto cada cierto tramo. “Ella me seguía, me alcanzaba agua, me refrescaba, me lavaba los pies… porque la tierra puede lastimarte. Pero gracias a Dios, salió todo bien.”
El recorrido de la ruta 22 incluyó la extensa recta de Choele Choel, 140 kilómetros de pura llanura, sin más compañía que el horizonte. “Venís con la cabeza en otro lado. Estaba cansado, pero no lo padecí, lo disfruté”, relató Dario.
“Era demostrar que la palabra tiene que ir de la mano con las acciones”, afirmó Darío, quien a pesar del dolor en los pies —“como si tuviera dos filos de cuchillo”—, nunca pensó en abandonar.
Finalmente, llegó al punto final del recorrido, completando el tramo restante hasta Chimpay, donde entregó la placa a Ceferino Namuncurá en señal de gratitud y fe.
“Fue un pedido simple, pero con un valor enorme: el título de un hijo es para toda la vida. Y uno tiene que demostrar con hechos que las cosas se consiguen con esfuerzo y palabra.”
Una historia inspiradora de fe, constancia y amor familiar, nacida en las rutas del sur y sellada al pie del altar de Ceferino.
Escuchá la Nota completa a continuación


En imagenes el recorrido del Algarrobense Roth junto a su esposa y posteriormente la placa de agradecimiento al Santo de la Patagonia.
