FIEBRE AFTOSA: Todo lo que hay que saber

En esta edición nos acompañó el Médico Veterinario DARIO ANTONELLI. Responsable Vacunación Aftosa de  APROVIS. La Fiebre Aftosa es una enfermedad viral, muy contagiosa, de curso rápido que afecta a los animales de pezuña partida o hendida; se caracteriza por fiebre y formación de vesículas principalmente en la cavidad bucal, hocico, espacios interdigitales. A continuación compartimos la entrevista completa con datos muy útiles para el productor agropecuario.

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La enfermedad es especialmente severa en los lechones en los cuales se produce elevada mortandad, aun sin observarse lesiones en la madre. Puede presentarse la forma cardíaca con muerte súbita. En ovinos y caprinos la fiebre aftosa es una enfermedad más benigna que en los bovinos.

En los bovinos la primera manifestación clínica es la reacción febril que puede alcanzar a 40°C seguida de depresión, falta de apetito y retardo o cese de la rumiación.

La enfermedad presenta síntomas bastante característicos con formación de vesículas en la boca (especialmente en la lengua y también en los labios encías y paladar superior), hocico, espacios interdigitales y rodetes coronarios de las pezuñas y con cierta frecuencia en los pezones y en la superficie de la ubre. Puede ocurrir intenso babeo (sialorrea) y un ruido característico de la lengua en la boca (chasquidos bucales como de succión). El animal se alimenta mal, debido a la dificultad para comer, pierde peso y a veces hay disminución o cese total de la producción de leche. Las vesículas se rompen en uno a tres días dejando erosiones húmedas, dolorosas y sensibles, de color rojizo en la mucosa bucal y nasal así como en los epitelios de las patas y otras regiones (pezones). La enfermedad se trasmite por contacto con animales infectados y con objetos contaminados. El bovino es la especie más importante en la diseminación y

mantenimiento de la enfermedad. La máxima actividad infectante por vía aérea en bovinos se encuentra entre 1 a 4 días luego de la infección con un máximo de hasta 14 días.

El virus de la fiebre aftosa está presente en todas las excreciones y secreciones del animal infectado, y puede propagarse fácil y rápidamente por cualquiera de los siguientes medios:

  • las vías de infección más importantes para el mantenimiento del proceso infeccioso son el aire expirado y la leche.
  • introducción en un rebaño de nuevos animales portadores del virus (saliva, leche, semen, etc.).
  • uso de corrales, edificios o vehículos contaminados para la estabulación y transporte de animales sensibles.
  • uso de materiales contaminados, tales como la paja, piensos, agua, leche o productos biológicos.
  • porte de prendas o calzado contaminados, o uso de equipos contaminados.
  • alimentación de animales sensibles con productos animales, crudos o de cocción insuficiente, infectados con el virus (ojo porcinos).
  • uso de vacunas que contienen el virus activo debido a errores de producción.

El virus aftoso es excretado mucho antes de la aparición de las lesiones clínicas. Esto significa que los animales que presentan lesiones típicas de fiebre aftosa bien desarrolladas son escasamente peligrosos como transmisores. Lo son en cambio, cuando esas lesiones aún no han aparecido o cuando recién comienzan.

La capacidad de sobrevivencia del virus en los distintos materiales orgánicos es muy variado dependiendo de la humedad y temperatura. Como guía se puede observar la tabla siguiente.

Desde el punto de vista social y económico la fiebre aftosa afecta a todos los actores de la cadena de producción agropecuaria (familias rurales, productores, industriales, proveedores, consumidores) por sus efectos desfavorables sobre la producción.

Su importancia deriva de las implicancias socioeconómicas que su presencia origina, sobre todo en los mercados internacionales de animales, productos y subproductos de origen animal; en los perjuicios directos que ocasiona sobre la producción y productividad ganadera, y en los costos públicos y privados motivados por su prevención, control y erradicación.

Además de las pérdidas de producción a través de la disminución de peso, detrimento en la producción de leche y muerte de los animales en algunos casos, se debe sumar las restricciones a la exportación de animales y sus subproductos a países libres de la enfermedad (circuito no aftósico).

La vacunación sigue siendo una opción en el marco de una estrategia de control eficaz de la fiebre aftosa, y la decisión de su aplicación es una responsabilidad nacional. La vacunación de rutina se practica en varios países o zonas reconocidas libres de fiebre aftosa donde se aplica la vacunación, en países donde la enfermedad es endémica y en aquellos a riesgo debido a que el virus circula en los países o zonas vecinos.PERMITA LA CORRECTA VACUNACIÓN DE SU GANADO. SEAMOS RESPONSABLES